Ya me he enterado de que has hablado con medios de comunicación, también con representantes de empresas que venderán el merchandising de la película. Les has paseado por los decorados en construcción en Pinewood. Uno de esos sueños que algún día, quién sabe, se cumplirá. Incluso alguno ha twiteado que se ha cruzado con miembros del reparto en los baños. Os preocupan filtraciones de elementos claves de la trama. Mejor prevenir que curar. Te adelanto que con este blog no vas a tener problemas, a pesar de no haber recibido ninguna invitación.
Es de esperar que pronto sepamos de forma oficial la composición final del reparto, más que nada porque en algún momento se les verá por Londres tomándose un té o en algún gimnasio. Hablo, claro está, de los nombres aparecidos en algunas publicaciones o de veteranos de la saga, esas "caras familiares" como les han llamado en el comunicado de Lucasfilm en el que se confirmaba lo que ya sabíamos, que el rodaje comienza en mayo (apostaría que el 4) y que la acción se desarrolla 30 años después de El retorno del Jedi. No podía ser de otra forma al contar con Mark Hamill, que espero haya pasado por el gimnasio y algún chamán, Carrie Fisher, en cuyo rostro se ve no solo el paso del tiempo sino años de excesos y con Harrison Ford, que se mantiene en tipo y eso que es el mayor de los tres.
Puestos a especular, apostaría que Luke Skywalker lucirá barba en el Episodio VII, una forma de vincularle con la venerable figura del maestro jedi interpretado por Alec Guiness. Me inquieta más Leia. Creo difícil disociar ahora a la actriz del personaje. En los 80, poco o nada se sabía de ella más allá de que era hija de la realeza hollywoodiense de entonces. Ahora es bien distinto. Ha escrito libros, desternillantes espectáculos que han recorrido EEUU así como innumerables apariciones públicas desmitificando su figura y el personaje. Me he reído y lo sigo haciendo con Carrie Fisher. Es brillante. Pero a mí, y creo que a muchos, nos va a costar volver a creérnosla como Leia. El desafío está ahí. Uno de muchos.
Tener a tu lado a Lawrence Kasdan es una garantía que la esencia de las primeras películas va a estar presente. El hecho de que la acción se desarrolle tres décadas después del Episodio VI no deja de ser una ventaja que George no tuvo con las precuelas, en las que sabíamos lo que iba a pasar. Nos faltaba el cómo. El lienzo está aquí prácticamente en blanco. Ya sé. Disney cotiza en bolsa y hay que hilar muy fino para evitar sustos. Imagino que elegir representaciones de las razas mayoritarias es una de las muchas concesiones que habrá que hacer en aras de la corrección política de lo que se supone va a ser un pelotazo global.
Ojalá se confirme el rumor de que Michael Ardnt no sólo no ha abandonado Star Wars sino que se encuentra escribiendo el guión del Episodio VIII. Que La Fuerza os acompañe.
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