Ha llegado el día. Aunque en EEUU ya han podido verlo a través de plataformas de pago no disponibles en todos los mercados, hoy se estrena en buena parte del mundo la primera producción de Lucasfilm desde que fuese adquirida por Disney a finales de 2012: Star Wars Rebels.
Situada en la línea temporal entre los episodios III y IV, Rebels está más cerca de lo que conocemos como trilogía clásica en comparación con su predecesora inmediata, The Clone Wars. Siempre sin perder de vista que estamos hablando de series de animación destinadas a un público amplio pero principalmente a niños, la evolución de The Clone Wars no pudo ser mejor, con una factura distante años luz entre los primeros y los últimos episodios, con tramas cada vez más ambiciosas, abarcando temas inexplorados hasta ese momento. A pesar de ello, y de los dos Emmys obtenidos, la serie pecaba de cierta irregularidad al mantener personajes, situaciones e historias muy pegadas a las precuelas, lo cual, por decirlo suavemente, en ningún caso le beneficiaba.
Visto el piloto de Rebels, titulado La chispa de una rebelión, podemos afirmar sin titubeos que las personas designadas por Disney para pilotar este barco saben lo que hacen. Cualquiera se daría con un canto en los dientes por tener a un equipo como el de esta serie. Empezando por Dave Filoni, director de The Clone Wars curtido en mil batallas, que ha pasado innumerables horas con George Lucas hablando de Star Wars, sobre lo que se puede y no se puede hacer, por dónde ir y por dónde no. Seis temporadas de una serie dan para mucho, te permite crear un grupo humano de diseñadores, guionistas y animadores de la nada con los que probar esto, lo otro y lo de más allá.
A ello sumaremos a Simon Kinberg (X-Men),creador y productor ejecutivo. Uno de los nombres más solicitados en Hollywood cuyo amor hacia Star Wars y conocimiento de la materia se nota prácticamente en cada segundo del episodio piloto, cuyo guión firma y que recupera frases literales que a muchos os resultarán muy familiares.
Y aquí tenemos Star Wars (episodio IV concretamente) con denominación de origen. Desde los ángulos de cámara, el diseño de la cabina del Fantasma (más amplio) hasta todos y cada uno de los panelados de las paredes y puertas, pasando por el sable láser, los cazas TIE, stormtroopers, oficiales imperiales, criaturas de razas conocidas, maquinaria bélica o la arquitectura de las ciudades. El sonido es casi tan importante como la imagen, recurriendo a buena parte de la colección de Ben Burtt (su creador y que ahora trabaja en el Episodio VII). Todo esta ahí. Y, claro, también la música. El uso continuo de fragmentos de lo que John Williams compuso en 1977 no hace sino enriquecer un conjunto que promete mucho. Muchísimo.
La chispa de una rebelión nos muestra a buena parte de la galería de personajes que van a poblar esta suerte de spinoff de las películas, y que sigue al dedillo las pautas del relato mítico que tan bien desarrolló Lucas en los episodios IV y V. Tenemos por un lado al joven héroe (Ezra), solitario y vagabundo del que (por el momento) desconocemos su pasado, y por el otro a la tripulación del Fantasma (equivalente al Halcón Milenario), liderada por Kanan (que aúna características de Han Solo y de Obi Wan Kenobi) una especie de mercenario con pasado jedi rodeado de dos personajes femeninos con mucho juego, Hera y Sabine, el inevitable felpudo con patas que, al contrario que Chewbacca, es capaz de hablar y se llama Zeb. No podía faltar el droide: Chopper, inspirado en los primeros bocetos para R2D2.
Con los precedentes conocidos, crear un villano en este universo capaz no ya de hacer sombra sino de estar a la altura de Darth Vader o de Palpatine no es tarea sencilla. Está por ver el potencial del Inquisidor, cuya imagen al menos es potente.
Disney ya ha anunciado que Rebels tendrá una segunda temporada, aunque no contará con Greg Weisman (Gárgolas, Young Justice o The Spectacular Spider-Man) cuya labor de productor ejecutivo finaliza en la primera temporada.
Si esto es solo la chispa, no me quiero ni imaginar lo que veremos cuando llegue las explosión. I'm in.
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